martes, 26 de mayo de 2015

A veces me resulta demasiado cómodo estar triste y desencantado.

Leo despacio tu mail. Lo saboreo. Me gusta que seamos desconocidos. Me gusta esa agotadora, egoísta e irresponsable manera que tienes de luchar contra tu hastío existencial. Esta vez te has centrado en tus cuitas sentimentales… ten una cosa clara, los sentimientos son como un orgasmo: tropiezan con nosotros como una veleidad ciega, son un juego de pequeñas mutilaciones, elecciones, experiencias, recuerdos reinventados, cortes que llaman la atención en verano pero que son un bosquejo de las cicatrices interiores. Mezclas la depresión consumada del dolor frío y metálico de la cuchilla con el polvo violento, el sabor de la sangre y la exhibición en las redes sociales. Todo tan intenso y mórbido… Da igual, nadie soporta a nadie mucho tiempo, paletada de tierra y cinta de regalo enlutada, ¿los decadentes somos difíciles de olvidar? A veces el tiempo juega con la transcendencia, pero no suele pasar muy a menudo.

De mí no te puedo contar demasiado, no tengo ganas de hacer nada, ni siquiera escribir –quizás ahora lo esté haciendo casi como una reacción alérgica a la visita extemporánea de un amigo de Sevilla, como si tuviera que compensar esa obligada sociabilidad con la introspección del teclado-, sigo trabajando, pagando facturas, odiándome, pensando en mi paupérrimo futuro. Es fácil escribir sobre ello, lo llenas con palabra grandilocuentes, de cierta épica, pero en el fondo subyace el patetismo del complejo de Peter Punk. No encuentro grandes ocupaciones para mi tiempo libre, de hecho cada vez me cuesta más salir de la cama, moverme, comer, ir a los sitios, hablar con la gente, incluso diría que ya ni siquiera tengo ganas follar, ¿para qué a fin de cuentas? ¿Cuál es el motivo de seguir adelante? ¿La simple y anodina supervivencia? Hay gente ahí afuera que tiene pasión, que madruga y aprovecha todo el día haciendo cosas, invirtiendo ingentes cantidades de energía en grandes planes. Oh sí, me gustaría apoderarme de esa pasión, que los días brillasen y todo fuera una jauría de oportunidades, no una cuenta atrás de algo que no me apetece sufrir.


Sigo insistiéndote: deberías escribir un libro, tener tu talento casi lo convierte en un imperativo moral. Una secuela del placer mismo de escribir es tener público y conseguir cierta empatía y admiración. Quien niegue eso miente. El matiz es que el público es un uróboros de necesidades cubiertas y consecuencias negativas. Yo estoy alejado de las redes sociales y el blog, ya tengo bastante basura existencial sin necesidad de regodearme en más metáforas decadentes, de sumergirme en el circo literario de ideas pesimistas que ya han sido regurgitadas una y otra vez. Además tengo la vista demasiado cansada de tantas horas delante del ordenador en el trabajo para seguir luego de madrugada. Eso no quita para que ciertas liturgias sigan perennes y continúe bebiendo solo por las noches pensando en el disparo de luz final. Ideas divertidas, pavesas de inmadurez que ayudan a superar las expectativas de vulgaridad del día siguiente.


También me comentas que piensas dejar tu carrera. Bueno, los estudios no son tan importantes si el coste en tiempo vital y frustración es demasiado elevado, lo complicado es saber distinguir si esa decisión es fruto de una epifanía existencial o síntoma de una agotadora capacidad de autosabotaje. El problema de la vida es que se hace demasiado larga, empiezas a necesitar dinero, ya no eres un adolescente, decrepitud física y anímica, y al final lo único que quieres es paz, ser feliz y no sufrir una excesiva alienación. La sociedad nos permite cierto simulacro de libertad underground siempre y cuando nos mantengamos en su redil la mayor parte del tiempo. Aunque en España también se ha dado la situación inversa: personas hipotecando su juventud en pos del trabajo seguro de funcionario, o trabajando de becarios en la multinacional de la capital que han terminado haciendo la cola del paro o con sueldos infames. Aun eres joven, tienes tiempo para cometer errores y aprender de ellos, que nadie te marque su agenda, es una bonita sensación ser pionera de tu propia vida.


Ya es tarde. Te dejo. Besos.

viernes, 22 de mayo de 2015

Este domingo votaré a Podemos.

Este domingo votaré a Podemos. El motivo se podría resumir en una frase que leí en un artículo hace poco: “Estas elecciones son la última oportunidad que tenemos para recuperar la dignidad en este país”. Y es así. He leído su programa, me gusta Manuela Carmena para la alcaldia de Madrid -solo hay que ver el debate que hizo en Telemadrid con Esperanza Aguirre para darte cuenta de la diferencia que existe entre ambas- y creo que son la única alternativa real, honesta y con capacidad de cambio que tenemos para Madrid y por extensión para el resto del pais.

Ciudadanos es una marca blanca del PP, es un hecho, y cualquiera que lea su programa político o haya seguido sus votaciones en el Congreso estos úlitmos años lo puede comprobar: están de acuerdo con el Partido Popular en todo: subir el IVA –concretamente ahora en su programa quieren subir los productos básicos- , “mejorar la ley del aborto” para que sea más acorde con la conferencia episcopal, quitar tarjeta sanitaria a inmigrantes, privatizar lo público –sanidad, educación-, ¿seguimos? Además son el grupo político con menos transparencia en sus cuentas, el motivo es la enorme financiación que están consiguiendo de determinados sectores desde principios de año y que les dejan lisiados para tomar medidas "contraproducentes" para esos mismos lobbies.

Del PP tampoco hay mucho que hablar: se ha demostrado que SIEMPRE ha existido contabilidad B con la connivencia de todos los tesoreros y presidentes –Rajoy y Aznar incluidos, lo cual implica que desde SIEMPRE ha existido sobresueldos y financiación ilegal en las campañas. Esto lo ha dicho un juez.
El PSOE ha perdido el norte, apenas queda rastro de una ideología real de izquierdas, cambiaron la Constitución para que por encima de los intereses de sus ciudadanos lo importante fuera pagar la deuda, el programa económico de Zapatero, ¿se desviaba algo de lo que ha hecho Rajoy? El PPSOE son un títere de los mercados, de las puertas giratorias, el clientelismo y la prevaricación, de una ley electoral infame, de una inoperancia moral. Rajoy con sus frases cómicas “España es un gran país y tiene españoles” “Ya no se habla del paro”. Pedro Sánchez y su historieta sobre Juana/Valeria en los mítines, repitiendo lo mismo, intentado de alguna forma conmover cuando ni él mismo se lo cree.

Sé que falta mucha pedagogía política en España, que nos habíamos creído que la democracia era un hecho y que ya no había que luchar por ella. Sé que desgraciadamente hay mucha gente que prefiere votar a ladrones y caciques porque al menos “son de los suyos”, que hay demasiada cobardía hacia los cambios y se tiende al voto de centro, que es difícil hacer caso omiso de cadenas autonómicas y públicas e informarte por tu cuenta en periódicos digitales, intentando seguir la noticia, desentrañar que hay de verdad en los titulares sensacionalistas de la mayor parte de los mercenarios mediáticos que salen en televisión, mucho de los cuales tienen sentencias y multas por mentir y difamar –Paco Marhuenda, Eduardo inda, Alfonso rojo, tertulianos de Intereconomia…-, sé que es difícil creer en la política cuando hay gentuza como Esperanza Aguirre o Rita Barbera luciendo su prepotencia y su indecencia con impunidad durante décadas, pero no hay que dejarse engañar, tenemos una oportunidad, una responsabilidad casi histórica de cambio, de poder hacer política como antes de que un golpe de estado convirtiera a España en un erial ideológico, en un país de analfabetos políticos. Si no ejerces tu derecho a votar no solo estás hipotecando tu futuro sino también el de las siguientes generaciones. 

No pretendo al escribir esto que votéis también a Podemos, lo que busco es algo mucho más difícil: me gustaría que os implicaseis, que vayáis a votar el domingo, no importa a quien, pero que antes os informéis, que leáis algún artículo, que intentéis saber si os gusta su programa político, que tengáis curiosidad por saber cómo han hecho las cosas antes. Creo que la política es lo más importante que tiene un país, y aquí en España lo hemos dejado de lado, incluso ahora parece que nos movemos por modas, por anécdotas, por el “me gusta” en Facebook, por la bronca insustancial, como si ser de un grupo político u otro se redujera a seguir a un equipo de futbol. No, intentad ir más allá, no se trata de votar una vez cada cuatro años y luego olvidarnos del asunto. Eso no es democracia. Se trata de intentar salvar lo poco que queda de nuestro estado del bienestar, se trata de que no permitamos que nos utilicen como peleles a los cuales puedes engañar con promesas que luego nadie se va a molestar en comprobar si se han cumplido. Se trata de pensar por nosotros mismos, tomar conciencia y ser consecuentes con el poder que tenemos como ciudadanos.

Un saludo.

sábado, 16 de mayo de 2015

No busques fantasmas en los cementerios, algunos viven en tu hombro susurrándote errores justo antes de dormir

Escuchar los planes de futuro de tus compañeros de trabajo. Llegar a casa con la vista cansada y el cerebro dañado. Otra madrugada donde nadie me espera despierto. Hurgar en las heridas, en las ropas blandas, en los logros ajenos, en el coño seco de la musa frustrada, amargada, hastiada por la agónica repetición. Quiero irme a dormir pero me distrae el frío de mis costuras. Cargo con demasiadas horas muertas y poca capacidad para sacralizar mi escaso tiempo libre. La vida real ha conseguido vencerme, la futilidad, las facturas siempre puntuales, como una danza macabra de pelusas enamoradas de mi fracaso. Ya no tengo ganas de escribir, el infierno es un lugar solitario, no escucho aullar a la luna rosa, los pájaros buscan su nido de cenizas lejos de mí. Kurt Cobain y el eco de su disparo. La vida es una catedral de flores, una partida de ajedrez con el horror, un aguacero de migajas. Somos hijos de un caos mediocre, finito, la camisa sucia y agujereada de un héroe inventado.

Hablemos de amor, quiero aconsejarte: los labios agrietados siempre son un aviso, síntoma de vicio amigable o matanza sin puntería. Vigila los terremotos que tiemblan en sus pestañas. No presentes demasiado rápido a tus desastres, intenta peinarlos antes un poco. Las madrugadas exhibicionistas no son una buena dedicatoria, pero a pesar de ello atesora con cariño todos los pequeños e infantiles arrebatos –infartos- de palabras que provoques.

Y recuerda lo más importante: el amor es una epidemia sin respuestas, el dulce arrullo de un accidente que nunca termina de acabar, pero a pesar de ello siempre es mejor mantener la adicción a los golpes de belleza, algunos, con suerte, terminan germinando en el altar insomne de tu pecho. Y eso siempre será mejor que formar parte del batallón de soldados de traje y alma gris que avanza inmisericordes empuñando sus guillotinas de tiempo y singularidad.