jueves, 24 de julio de 2014

Reflexiones sobre la poesía y los poetas.

El secreto de que esté actualizando tan a menudo es que las vacaciones me han dejado arruinado. Lo único que puedo hacer es quedarme delante del teclado bebiendo después del trabajo e intentar reducir el tiempo al mínimo. Cada vez me gusta más el aislamiento. Y mi opinión de las mujeres se acerca cada vez más a una certeza misógina. Voy a intentar hablar de poesía. Como he quietado la opción de comentarios me evito el escarnio y explicar que solo son apreciaciones personales sin intencionalidad de sentar cátedra. Procedamos.

Según el barómetro de hábitos de lectura España sigue a la cola europea, uno de cada tres españoles no lee nada y la media de libros leídos al año es once. Casi todo lo que se lee está relacionado con best-seller, trabajos de carrera o instituto y en menor medida periódicos, comics y lectura digital. A la poesía apenas se le dedica un paupérrimo 1% del total. ¿Cuál es el motivo? Normalmente relacionamos la poesía con un lenguaje complejo, abstruso, demasiado simbolista y excluyente. Intentamos comprar algún poemario y nos encontramos con clásicos mil veces reeditados y los dos o tres autores que forman parte del monopolio editorial desde hace décadas siguen con sus temas lánguidos y desenfocados, ajenos a las cosas reales de nuestra realidad cotidiana.

Cuando descubrí que Bukowski también escribía poesía me quedé anonadado, ¿su prosa poética de bares y putas también se podía considerar poesía? Pues sí, tenía los mismos elementos que el poema: actitud lírica, objeto, tema, pero sin los elementos formales como la métrica y la rima. Investigué un poco y leí  “El Spleen de París,” de Baudelaire, “Una temporada en el infierno” de Rimbaud, “Hojas de hierba” de Walt Whitman –verso libre, parecido a la prosa poética pero conservando la disposición tipográfica del verso, “Aullido” de Allen Ginsberg. Todo ello me llevo a la poesía vanguardista de E. E. Cummings, a Nicanor Parra, a Cesar Vallejo y Roberto Juarroz, Por mi afición a la música leí también a Leonard Cohen y Jim Morrison. Lo que descubrí es que muchos poetas habían desviado su atención de la métrica y buscaban un nuevo estilo que les permitiera volcar sus obsesiones sin constreñir tanto el lenguaje. Ya se encargaría algún crítico más adelante de buscar la etiqueta de género, esa no era su preocupación. Y así nace el realismo sucio de Bukowski. Panero sumergiéndose en la locura. El feminismo, la falta de libertad de la mujer o el aborto como temas que son tratados por primera vez por Sylvia Plath y Anne Sexton. Alejandra Pizarnik y sus poemas de cuatro líneas grabados en piedra. Emily Dickinson y la muerte.

Después de un tiempo quise leer a autores contemporáneos y busqué en las estanterías de las bibliotecas. Pero solo encontraba recopilaciones de Luis Alberto de Cuenca, Luis García Montero, Joan Margarit, Benedetti… ¿dónde estaba la poesía de los jóvenes, las nuevas voces? Por suerte a través de antologías y blogs, poco a poco, fue conociendo a Roger Wolfe, Karmelo C. Iribarren, David González, Batania... Gente con enorme talento que abre en canal la poesía y escribe sobre cosas que suceden en un contexto cercano. Poesía social, confesional, política. Sin caer en la chabacanería pero tampoco en el oscurantismo de las metáforas innecesariamente floridas.

Pero como ya he comentado en la anterior entrada las editoriales underground promueven la endogamia. Al final son los propios poetas los que se leen unos a otros. Volvemos a ese 1% que no sirve para nada. Por eso hay que obligar al ego a dar un paso atrás, seguir promoviendo antologías aunque tú no participes, sacar las jam Sessions de los bares y hacer los recitales directamente en la calle. Borrar clichés y explicar que la poesía no es solo la que nos han dado en el colegio, no tiene por qué estar limitada por unas reglas de métrica, por eufemismos. Si quieres hablar de sexo hazlo sin cortapisas. Si en España vivimos una dictadura denúncialo. De la forma que necesites.

Hoy en día, con tan poco tiempo libre, la poesía podría convertirse en un vehículo perfecto de renovar la literatura. En un viaje en metro te puedes leer varios poemas, pero sería imposible leerte una novela –bueno, quizás en el metro de Madrid sí, pero eso es otra historia. Pero todavía creemos que la buena poesía es la que no se entiende. La que utiliza un lenguaje elitista e inaccesible. Y no tiene que ser así. La poesía no reduce su belleza si el grito desesperado no rima. Y si lo hace, que lo haga, pero como las óperas de Mozart para la plebe: una manifestación de belleza para todos los públicos.

Entonces el problema cual es, ¿hay que educar al público? En parte sí, pero el lenguaje es comunicación, no podemos recitar desde un púlpito elevado y desdeñar a los que no saben desentrañar nuestro mensaje. La poesía ha fallado por ambos lados. Y las editoriales han apostado por el público más cómodo y conservador porque no nos ven capaces de nada más. Pero el negocio está ahí, latente. Hay muchas editoriales pequeñas que apuestan casi todo su catálogo a la poesía por encima de la narrativa. Y dejando aparte la calidad de cada uno, cosa que ya he criticado, sus pequeñas tiradas se acaban vendiendo.

Para terminar quería recomendaros –si sois de Madrid- un par de librerías-café donde podéis comprar algunos de estos libros mientras tomáis una cerveza: “Diablos azules” en Calle Apodaca, 28004 Madrid y “El dinosaurio todavía estaba allí” Calle Lavapiés, 8, 28012 Madrid

Y algunos libros de poesía que me parecen indispensables:
Leopoldo María Panero - Poesía Completa /1970-2000)
Charles Bukowski - El Amor Es Un Perro Del Infierno
Anne Sexton - Vive O Muere
Sylvia Plath - Antología Poética
Batania Neorrabioso - La Poesía Ha Vuelto Y Yo No Tengo La Culpa
Karmelo C. Iribarren - La Ciudad (Antología 1985-2008)
David González - El Amor Ya No Es Contemporáneo (Poemas Y Relatos 1997-2004)
Allen Ginsberg - Aullido
Alejandra Pizarnik - Extracción De La Piedra De La Locura
Emily Dickinson - Poemas A La Muerte
Charles Bukowski - Poemas De La Última Noche De La Tierra
Roberto Juarroz - Poesía Vertical
Princesa Inca - La Mujer precipicio
23 Pandoras - Poesía Alternativa Española

"Para aquellos que creen en Dios, la mayoría de las grandes preguntas están resueltas. Para aquellos de nosotros que no aceptamos la formula divina, las grandes respuestas no permanecen escritas sobre piedra. Somos flexibles. Nos ajustamos a las nuevas condiciones y descubrimientos. Somos flexibles. Yo soy mi propio dios. Estamos aquí para olvidar las enseñanzas de la iglesia, el estado y nuestro sistema educacional. Estamos aquí para beber cerveza. Estamos aquí para acabar con la guerra. Estamos aquí para reírnos del destino y vivir nuestras vidas tan bien que la muerte tiemble al llevársenos."

Charles Bukowski
Ciudad Sin Sueno by Enrique Morente on Grooveshark

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