Me gusta las subdivisiones, eres mía si te gusta mojarte bajo la lluvia antes que abrir el paraguas, si te gusta coger una botella de vino y dar una vuelta por el cementerio mientras se estrena el otoño. Quiero vivir, y lo hago a través de tu irrealidad pasional.
Todos guardamos monstruos dentro de.
El mío abarca toda la habitación, como un virus, un tumor, un cáncer. La
mutilación no es una opción, sería como quebrar un espejo. El camión de la basura sucede, y su ruido es la homilía de mi decadencia. Pero no, mañana empezará mi
jornada laboral hasta la madrugada y no quiero legar para los siguientes tres
días una entrada decadente, también me aburren. Podríamos decir que la metáfora de todo esto es que a veces entro en la ducha pensando en el suicidio y termino
masturbándome.
Cosas interesantes del día de hoy. He terminado la segunda temporada
de “Breaking Bad” Está muy bien. Me gustan
los drogadictos. Me gustan las sorpresas. Me gusta el protagonista. Todo lento,
y lento, y lento. Pero me agrada.
También me gusta el post de
Marina, muchacha que acumula karma negativo por no comentarme. Hoy empieza
la novena temporada de “Anatomía de Grey”, es una serie infumable pero también nacen flores en el estiércol, y en algún episodio
se filtra algún diálogo o situación sorpresiva. Hoy la comparaba con los
comics, soy un lector compulsivo de comics desde los ocho años. Quiero decir, ¿qué
cojones me va a sorprender ahora de las historias de Batman, Superman, X-Men,
etcétera? Nada. Pero estoy encariñado. Me gusta esa rutina mensual. Ojalá todos
protegiéramos la rutina del amor. Me refiero a veinte años de tu vida
dejando un post-it en la mesita de noche, dando un beso de buenas días por
cariño y no por inercia, que cada vez que te suceda algo bueno, o malo, el primer
impulso sea llamarle. Todo se pierde. La vida es demasiado larga y llena de
vicisitudes. El amor es, simplemente, implicarte en los detalles. Si tienes
dudas al respecto, observa.
Vivo en un pueblo del extrarradio de Madrid. Zona alta. Muchos
parques. Gobernado por el PP. Tragedia. Otro momento destacable del día ha sido
ir a dar en una de esas zonas verdes de comer a los patos. Con mi ex. Hay pocos hombres que estén a su
altura, yo desde luego no soy uno de ellos. En cualquier caso es relajante. Debo añadir que hay plaga de conejos enanos, llevan sobreviviendo al invierno y a las redadas del
ayuntamiento más de tres años. Es real.
Cambiando de tema mi economía es parecida a la de España, gasto más de
lo que recaudo. Odio trabajar. Odio trabajar. Odio trabajar. Me gusta el
ajedrez. De hecho ahora, mientras escribo, estoy perdiendo una partida contra la
maquina en nivel cinco. Lo cual quiere decir que, básicamente, soy un fracasado
en cualquier actividad que practico.
Y aquí, ante el jaque mate inminente, la habitación iluminada débilmente
por el monitor y el sinsentido, solo puedo brindar por ti, por llegar hasta
aquí, por leerme, por apreciarme por lo que sabes o crees apreciar
entre líneas, por darme una excusa para, no sé, ¿escribir? ¿Mentir? ¿Carecer?
En cualquier caso, gracias.